El golpe de calor es un aumento de la temperatura del cuerpo por encima de 41- 42ºC, debido a un esfuerzo físico o por exposición directa a una temperatura ambiental muy elevada.
Nuestros perros y gatos son más sensibles a padecerlo, debido a su forma de bajar la temperatura, no sudan, jadean para regular su temperatura corporal.
¿Cómo podemos evitar el golpe de calor?
NO dejar a nuestro perro o gato dentro de un coche ni habitación o habitáculo donde la temperatura pueda llegar a ser más alta que la ambiental y sin nada o con poca ventilación.
No someterlos a ejercicio en las horas más calurosas del día. Evitar incluso el paseo diario cuando la temperatura sea muy alta.
Remojar constantemente al animal mientras pasea.
Tener a disposición de nuestra mascota varios recipientes con agua fresca y lugares con sombra donde guarecerse en todo momento.
No dar de comer en las horas centrales del día, hacerlo a primera hora de la mañana y/o última de la tarde que son las horas más frescas.
¿Cómo nos damos cuenta que se ha producido ya el golpe de calor?
El animal jadeará de forma excesiva: menos profunda y con mayor frecuencia respiratoria.
Se quedan postrados.
Pueden ponerse azul, sobre todo la lengua. Es un signo llamado cianosis y es producido por la rotura de la hemoglobina de los glóbulos rojos, las encargadas de llevar el oxigeno a todos los órganos de nuestro animal.
Conforme va pasando el tiempo si no se actúa a tiempo empezará a desvanecerse o desmayarse y comenzaran los daños en los órganos internos que pueden ser irreversibles y llegar a ocasionarles la muerte en muy poco tiempo.
¿Qué hacemos si ya se ha producido el golpe de calor?
Lo primero y más urgente es bajar la temperatura corporal del animal sumergiéndolos en agua hasta que recuperen la conciencia y ponerse en contacto con la clínica de forma urgente, donde evaluaremos los posibles daños internos que se hayan podido producir.
Hay que actuar deprisa y buscar una fuente de agua : bañera, fuentes del parque, piscina, agua del mar, grifo, manguera …, lo que tengamos a mano para sumergirlos o ponerlos empapados, siempre cuidando si están inconscientes de que no aspiren agua por accidente.
No forzar al animal a beber ni dejar que lo haga de una forma excesiva.
No sirve dejarlos debajo del aire acondicionado o pegados al ventilador, es más eficaz bajar la temperatura con agua.
Esperamos que no tengáis ningún accidente y paséis un buen verano con vuestras mascotas.